La fotografía ha sido parte fundamental en mi camino, es asombrarme y maravillarme por lo que pasa frente a mis ojos, desde la mirada tierna de un bebé, que me engancha y me llena de ternura, hasta una estructura gigante, de algún concierto o evento, a punto de desatar las emociones, con la iluminación, los instrumentos, la música, las pruebas de sonido, antes de abrir puertas y el aplauso del público, todo es parte de esa magia que dura apenas un par de horas, pero que hace emocionarme y retratar a través de mi cámara, ese instante que llamamos vida.
Fotografiar montajes profesionales al momento de ser llevados a cabo, es dejarle a la empresa un registro de sus procesos, de sus colaboradores, que al final se verá recompensado al ver en las fotos la puesta en escena de todo un espectáculo colorido, con sentimiento y un público que se irá a casa feliz de disfrutar esa experiencia visual y sonora.
Fotografiar productos, me gusta porque a pesar de las limitaciones del estudio, puedes crear, jugar con la luz y la composición, y entregar un trabajo con mayor control por parte del fotógrafo.